El gran Chao.

Ramon Chao, posa en París el 17 de junio de 2008. ULF ANDERSEN GETTY IMAGES
El periodista, escritor y músico gallego Ramón Chao falleció ayer en Barcelona a los 82 años. Llevaba con humor las confusiones que provocaba la fama de su hijo, Manu Chao.
Supe de la extraordinaria trayectoria de Ramón Chao en los años setenta, cuando ambos colaborábamos en el semanario Triunfo. Cargaba con cierta leyenda: el expatriado gallego instalado en París, con una sólida formación cultural. Cosa insólita, Ramón no ejercía de francófono militante. Su primer libro, en la colección Los Juglares de Ediciones Júcar, trataba sobre el cantautor Georges Brassens, del que revelaba algunos detalles inconvenientes. Leer más…
Ramón Chao, lecciones de música, periodismo y vida

El músico Manu Chao y su padre, el periodista Ramón Chao en monforte de Lemos en 2008. PEDRO AGRELO
Fue el director de las emisiones en español de Radio France
Ramón Chao tendría que haber sido ministro de Exteriores, de Vilalba o del mundo. Con dos palabras era capaz de convencer a cualquiera de llevar a cabo un sueño. Era un seductor que iba en moto, como John Berger, de París a cualquier parte, y su destino en realidad era el centro del mundo, donde aprendió a hablar y a tocar el piano: Vilalba, Lugo, donde floreció su carácter, la tierra que amamantó a Álvaro Cunqueiro. Leer más…
Muere en Barcelona Ramón Chao Rego a los 83 años.
Ramón Chao Rego (1935-2018)
Moncho Paz.- En el atardecer de este domingo nos dejaba en Barcelona nuestro querido Ramón Chao. Para mí fue mucho más que un referente, fue un amigo y un confidente, del cual aprendí muchas lecciones de saber estar, en la profesión periodística y también en la vida.
Ramón nació en Vilalba (Lugo) en 1935 y se crió tocando el piano en la pensión que regentaban sus padres, donde solían hospedarse figuras como Álvaro Cunqueiro o Xosé María Díaz Castro. Recibió una beca del Ayuntamiento de Vilalba y otra de la Diputación de Lugo, con las que se trasladó a Madrid para estudiar piano, armonía y bachillerato. Leer más…
Morre en Barcelona Ramón Chao Rego aos 83 anos de idade
O intelectual, escritor, músico e xornalista nacido en Vilalba era o pai de Manu e Antoine Chao, fundadores da banda de punk-rock Mano Negra
MONCHO PAZ | 21.05.2018
http://www.elcorreogallego.es/galicia/ecg/morre-barcelona-ramon-chao-rego-aos-83-anos-idade/idEdicion-2018-05-21/idNoticia-1116382/
Na tarde deste domingo deixounos en Barcelona o noso prezado Ramón Chao. Para min foi moito máis que un referente, foi un amigo e un confidente, do cal aprendín grandes leccións de saber estar, na profesión xornalística e tamén na vida.
Ramón naceu en Vilalba (Lugo) en 1935 e criouse tocando o piano na pensión que rexentaban os seus pais, onde adoitaban hospedarse figuras como Álvaro Cunqueiro ou Xosé María Díaz Castro. Recibiu unha bolsa do Concello de Vilalba e outra da Deputación de Lugo, coas que se trasladou a Madrid para estudar piano, harmonía e bacharelato. Leer más…
Memoria de mi hermano José Chao
Pepe Chao, visto por Anxo Ferreiro
Artículo publicado en A Voz de Vilalba, 5 febrero, 2016
Anxo Ferreiro Currás.- Con moito gusto respondo, con estas letriñas dedicadas a Pepe Chao, á petición que me fai Moncho Paz de un artigo para o periódico A Voz de Vilalba. E digo con moito gusto porque fun seu seguidor unhas veces máis achegado e outras máis alongado aínda que sempre admirador seu, como rural da parroquia de Boizán a un urbán da vila de Vilalba, unidos polo pequeno anaco da estrada N-634, chegando a compartir pastoral na contorna de Ferrol. Leer más…
Chao, el niño prodigio.
El Progreso domingo 17 de ENERO de 2016. Cuerda de célebres, por José de Cora. Ver original en PDF.
A Ramón Chao Rego no se le puede sacar del anonimato por una razón de peso sobrado, como es alcanzar la fama con solo diez años, lo que se dice un niño prodigio, un Arturito Pomar, un Pepito Arriola.
Su arma es el piano gracias a la insistencia de su padre, que regresa de Cuba con la firme determinación de convertir a uno de sus seis hijos en consumado concertista, así tuviesen el sentido musical encastrado en los calcañares, que es el lugar más alejado de los huesos del oído.
El villalbés fracasa con los cinco primeros hasta que se le pone a tiro Ramoncito y éste sí, viene al mundo con hechuras de Rajmáninov, como descubre la organista doña Sagrario cuando le hacen entrega del benjamín de los Chao para que lo desemburre en arpegios a lo seis años.
El rapaz responde —él dice que a contrapelo—, y a la edad de diez aprueba en una tanda tres años de solfeo y piano en el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid. Ha nacido el genio soñado por el señor Chao.
Los villalbeses ya habían saboreado las mieles del infante, de modo que el siguiente paso obligado en la escala musical era presentarse en Lugo, previa audiencia con el gobernador civil para que se vea que el régimen también produce fenómenos de calidades contrastadas.
Ejerce de introductor el notario Demetrio Méndez Curiel pasados los sanfroilanes de 1946, cuando Ramoncito tiene 11 años y de sus manos salen bien hilvanadas todas las notas de la Marcha turca de Mozart, la Carmen de Bizet y la Marcha militar de Schubert, como influencia de la reciente guerra. Fue en el Círculo y lo presenta el director del Femenino Gonzalo Valentí Nieto.
El éxito es rotundo, como manda el tópico. Ahora su profesora es Lolita Pérez. Ella, el niño y la Delegación de Educación Popular, organizadora del concierto, reciben efusivas felicitaciones.
El amor de los viejos
Luis Fernández
Luego de pasar unos instantes con Luis Fernández se tenía la impresión de haber tocado la santidad: su voz, gestos, y mirada eran los de un ser en quien el mal no tenía cabida. Esta dimensión bondadosa la describió mejor que nadie la ensayista malagueña María Zambrano: No he visto ni un cuadro profano de Luis Fernández. Mas como reservamos el adjetivo de religioso para lo que se deriva de una religión, diremos mejor que toda su pintura es fervorosa”
El misticismo de Fernández no se refleja solo en los motivos religiosos. Lo comprobó el poeta José Angel Valente, extasiado ante su «Tête de veau», de 1939:
Había dioses muertos,
reses decapitadas, súbitas manzanas
que encendían la vida,
enormes dentaduras derribadas
del lado de la sombra, planos de luz abierta
contra los recintos oscuros,
arrasada frontera, alzados, ciegos,
combatientes reinos. Leer más…