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Vuelve Marx.

7 diciembre, 2011

Un fantasma recorre el mundo. En las librerías francesas se muestra una nueva versión del Manifiesto del Manifiesto del Partido Comunista de Karl Marx y Friederch Engels, traída por la situación económica-política y financiera actual. En Alemania, el director de la editorial berlinesa Karl-Dietz, afirma: “Marx está de nuevo de moda. Asistimos a un incremento muy claro de la demanda de sus libros. 

Editores y libreros de Alemania aseguran que sus obras están volando de las estanterías. El crecimiento de su popularidad debe atribuirse, por descontado, a la crisis económica”.
Por su parte, el arzobispo católico de Munich, Reinhard Marx, acaba de sacar un nuevo “El Capital”.  La cubierta lleva los mismos colores y tipos de letra que la primera edición de “El Capital” de su tocayo, publicada en Hamburgo en 1867.

Marx no está muerto y hemos de tomarlo en serio”, afirma el prelado.  “Su obra nos ayuda a entender las teorías de la acumulación capitalista y el mercantilismo”.El autor del nuevo “El Capital” critica el capitalismo neoliberal, califica la especulación de ‘salvaje’ y aboga por que se rediseñe la economía según normas éticas de un nuevo orden económico y político. El lanzamiento de la obra ha coincidido con la turbulencia financiera que, en cierta forma, confirma las teorías de Karl Marx en cuanto a las crisis cíclicas del capitalismo. Sin embargo el arzobispo resalta que su homónimo acertó muy poco en sus previsiones revolucionarias, como el surgimiento del socialismo en Inglaterra o en otro país avanzado capitalista.  Lo que se vio, dice, fue lo contrario: el socialismo floreció antes en un país semi feudal como Rusia.

El libro comienza con una carta abierta de Reinhard Marx a Karl Marx, fallecido en 1883, a quien llama “querido homónimo”.  Le ruega que reconozca ahora su error en cuanto a la inexistencia de Dios; en cambio, no explica por qué la Iglesia Católica de Alemania nunca excomulgó al católico Hitler, y también el Vaticano se equivocó al invertir buena parte de sus fondos en el banco Lehman Brothers, cuya quiebra confirma, eso sí, las previsiones del viejo Marx.

El lector que venga a París, pase por el Café de la Régence, sito en la plaza del Palacio Real. Allí mantuvieron su primera conversación Marx y Engels el 28 de agosto, en la cual Marx expuso su teoría sobre la concepción materialista de la Historia. Tenían unos veinticinco años.

Jóvenes sesudos, no por ello desdeñaban los placeres terrenales. En una carta, Engels escribe a su amigo desde Londres: “Tengo algún dinerillo ahorrado. Así que podremos echarnos una cana al aire. Si dispusiera de cinco mil francos de renta, dejaría de trabajar para gozar con las francesitas hasta la extenuación. Si no existiesen las francesas, no merecería la pena vivir.” ¿Quién se atreve a decir que los autores del Manifiesto no tenían razón?

Ramon Chao. El País, Marzo 2009.

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