Muere en Barcelona Ramón Chao Rego a los 83 años.

Ramón Chao Rego (1935-2018)

 

Ramón Chao en Compostela en 2015 – FOTO: ACIVRO STUDIO 15

Moncho Paz.- En el atardecer de este domingo nos dejaba en Barcelona nuestro querido Ramón Chao. Para mí fue mucho más que un referente, fue un amigo y un confidente, del cual aprendí muchas lecciones de saber estar, en la profesión periodística y también en la vida.

Ramón nació en Vilalba (Lugo) en 1935 y se crió tocando el piano en la pensión que regentaban sus padres, donde solían hospedarse figuras como Álvaro Cunqueiro o Xosé María Díaz Castro. Recibió una beca del Ayuntamiento de Vilalba y otra de la Diputación de Lugo, con las que se trasladó a Madrid para estudiar piano, armonía y bachillerato.

En 1955 fue finalista del Premio Nacional de Virtuosismo y desde Madrid se fue a París, con otra beca del Gobierno español de dos años, que completó con una estancia similar a cargo del Gobierno francés. Perfeccionó el piano con Lazare Lévy y Magda Tagliaferro, y Composición con Nadia Boulanger.

En la capital francesa se hizo periodista, entrando a trabajar en Radio France “porque hablaba gallego”, según confesaba hace años en una entrevista, “pues buscaban un locutor que supiese música y portugués”. En 1968 fue nombrado jefe del servicio cultural en español y portugués, y en 1980, redactor jefe de todas las emisiones, culturales e informativas, en ambos idiomas.

Desde París siempre mantuvo el contacto con Galicia, haciendo una permanente reivindicación de nuestra cultura y de nuestra lengua, como quedó patente en el conjunto de su obra. En París, Ramón Chao dirigió emisiones radiofónicas en lengua gallega, que serían prohibidas por el dictador Franco, y fue corresponsal de la revista Triunfo.

En la Europa de posguerra hubo poca gente con los accesos directos que tuvo Ramón a la intelligentsia de América Latina y también del exilio español. Pablo Neruda, Juan Carlos Onetti, Miguel Ángel Asturias, Nicolás Guillén, Alejo Carpentier, García Márquez, Cortázar -y muchos otros autores- fueron para Chao la lección aprendida de cada día.

Ramón Chao fue colaborador habitual durante décadas en la prensa y en la televisión francesa y fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras por el Gobierno de Francia en 1991. Destacó como crítico Literario en Le Monde y por sus colaboraciones en Le Monde Diplomatique, publicación mensual dirigida por el periodista Ignacio Ramonet. Cuenta en su haber con más de veinte libros, entre novelas y biografías. En la actualidad es el presidente de la Asociación Amigos de Prisciliano.

Chao fue el creador e impulsor del premio Juan Rulfo, un galardón otorgado por Radio France Internationale desde 1982 y coorganizado por el Instituto Cervantes de París, Casa de América Latina, Instituto de México en París, Colegio de España, Le Monde Diplomatique (edición española), Unión Latina y FondaChao.

En 2015 recibió un homenaje popular en Vilalba, su pueblo natal, con una escultura conmemorativa –un piano de piedra denominado Prisciliano– que quedará para siempre formando parte del paisaje en el Hectómetro Literario del Paseo dos Soños. Ramón Chao nos dejó una novela póstuma, un texto autobiográfico bajo el sugerente título El Hijo Pródigo, de próxima publicación.

Casado con Felisa Ortega, que lo acompañó hasta el final, también fue conocido internacionalmente por ser el padre de Manu y Antoine Chao, fundadores de la banda de punk-rock Mano Negra. Hoy nos hemos quedado huérfanos de nuestro padre intelectual, hemos perdido a nuestro amigo, con mayúsculas. Nunca te olvidaremos, siempre estarás con nosotros en el Camino de Prisciliano.
Leer el artículo en A Voz de Vilalba