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La gran cruzada, de Gustav Regler. Prefacio de Ernest Hemingway.

15 febrero, 2013

Gustav Regler LebenslaufUno ignora la insondable laguna de sus conocimientos cuando encuentra novelas como ésta, prologada por Hemingway y magníficamente editada por Tabla Rasa. ¿Cómo no la descubrí antes? Sobre todo ya que Hemingway recomienda no describirla, sino leerla. “Hay acontecimientos – escribe – tan grandes que un escritor/testigo está moralmente obligado a contar con el mayor realismo, sin pretender cambiarlos a través de la ficción.”

Y sin embargo, Regler consideraba que este relato histórico es una novela, y así también su editor, que la tituló Roman aus dem spanischen Bürgerkrieg (Novela de la Guerra Civil española.) De hecho, el autor mezcla diversos elementos; en un solo personaje concentra anécdotas de varias personas reales, y en general respeta una rigurosa fidelidad en lo que se atiene a lances vividos por él. Fruto de su experiencia en los campos de batalla, suprime las palabras inútiles, simplificando la estructura de la frase y concentrándose en las acciones concretas.  Concebida como texto incendiario, la novela ofrece pocas informaciones acerca del contexto internacional o las situaciones de la República, pese a que en la obra se discute de todo ello: se abre poco a poco a través de los puntos de vista de los diferentes protagonistas y el lector ha de seleccionar la información para componer una imagen de la XI Brigada. Según Hemingway, era excepcional: Casi todos sus miembros habían recibido instrucción militar o habían luchado en la guerra; la mayoría de ellos eran comunistas y marchaban como en el Reichwehr.

Regler había llegado a España en setiembre de 1936 en nombre de la Asociación de Escritores Antifascistas. Le acompañaban el poeta Louis Aragon junto con su compañera Elsa Triolet y el periodista Kurt Stein. Venía como corresponsal del periódico alemán DZZ («Deutsche Zentral Zeitung»), pero sobre todo ejercía de comisario político de la Brigada internacional (también llamada «Brigada Giuseppe Garibaldi). Encabezada por general Máté Zalka, esta Brigada luchaba por la defensa de Madrid. La ciudad “era hermosa, en sus calles se tocaba la guitarra, se cantaban canciones revolucionarias, los trabajadores bailaban con sus mujeres en torno a un mástil en el que se izaba la bandera republicana.” Peleaba en Boadilla del Monte, en el Puente de Arganda, en El Pardo. En todas estas batallas luchó Gustav Regler, así como en las de Guadalajara y Huesca, donde una bomba destozó el coche en que viajaba. Aún gravemente herido, pronunció unas frases esperanzadoras: «El pueblo español vencerá al fascismo internacional y su lucha no es sólo por la victoria frente a la tiranía sino también por la cultura mundial».

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